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martes, 27 de diciembre de 2011

Saber y reconocer...

Saber y reconocer

Saber que hay algo que no sabes, ya es un conocimiento nuevo sobre ti...admitir sin que te de vergüenza que no lo sabes, es una demostración de sabiduría, aprender lo que no sabías, cierra el ciclo y vuelves a empezar...
J.López




martes, 20 de diciembre de 2011

El método Montessori

El método Montessori

Maria Montessori:
(Chiaravalle, 1870 - Noordwjek, 1952) Pedagoga italiana que renovó la enseñanza desarrollando un particular método, conocido como método Montessori, que se aplicaría inicialmente en escuelas primarias italianas y más tarde en todo el mundo. Dirigido especialmente a niños en la etapa preescolar, se basaba en el fomento de la iniciativa y capacidad de respuesta del niño a través del uso de un material didáctico especialmente diseñado. El método proponía una gran diversificación del trabajo y la máxima libertad posible, de modo que el niño aprendiera en gran medida por sí mismo y al ritmo de sus propios descubrimientos.

 


Licenciada en Medicina en 1896 en la Universidad de Roma, ayudante el año siguiente en la cátedra de Psiquiatría de la misma universidad, se vio impulsada por su instinto profundo al estudio de los niños deficientes y advirtió inmediatamente que su problema, más que médico, era pedagógico. Expuso sus ideas sobre esta materia en el congreso pedagógico de 1898 de Turín. El ministro Baccelli le encargó que diera un curso a las maestras de Roma sobre la educación de los niños deficientes mentales, o "psicópatas", curso que se transformó después en una Escuela Magistral Ortofrénica, dirigida por Montessori durante dos años.

Marchó a continuación a Londres y a París para profundizar en estos estudios, asistiendo luego a cursos de Filosofía en la Universidad de Roma y de Psicología experimental, convencida de que la educación del niño había de tener su primer y esencial fundamento en el conocimiento científico, somático y psíquico de su ser. La lectura de las obras de J-M.-G. Itard y de E. Séguin, los dos ilustres maestros de educación de anormales en Francia, la ayudaron a profundizar los problemas de dicha educación especial, que bien pronto se le apareció como aplicación y revelación de las leyes generales de la educación del niño.

La obra desarrollada a continuación entre niños psicópatas mediante una experiencia práctica y fecunda trajo como consecuencia la aparición de una Montessori teorizadora y organizadora de un método general de la educación infantil. En 1907, precisamente en enero, por encargo del Instituto dei Beni Stabili de Roma, abría Montessori en uno de los nuevos barrios obreros la primera "Casa de los niños", al que pronto seguirá otra, también en Roma. Desde allí, la Institución se difundió por Italia y más aún por el resto del mundo, tomando el carácter de institución independiente, organizada de un modo cada vez más claro como un método original de educación infantil.

Este método, ya maduro por la experiencia y por la reflexión, fue expuesto por Montessori en el volumen Il metodo della pedagogia scientifica applicato all'autoeducazione infantile nella Casa dei bambini (1909), editado más tarde varias veces (1913, 1935, hasta la IV, de 1950, aparecida con el título La scoperta del bambino) y pronto traducido a las principales lenguas.

El método consistía en desarrollar la autonomía del niño, que encontraba en la "Casa" el material indispensable para el ejercicio de los sentidos, los objetos apropiados a sus aficiones y a sus proporciones físicas, y las posibilidades de aplicarse, con su trabajo personal y según su libre elección, a la solución de problemas prácticos interesantes, mediante el variado material disponible.

El principio dominante era el de dejar hacer; de vigilar para ayudar en caso de necesidad; de tener fe en el valor inmenso de una actividad libre desarrollada con vistas a finalidades concretas adoptadas por el niño, capaz de impulsar un desarrollo seguro y de desembocar, poco a poco, en descubrimientos espontáneos y conquistas según un ritmo natural y según una sucesión de "períodos sensitivos", vinculados a las aficiones particulares del niño, que era preciso saber comprender y satisfacer en el momento adecuado, para no dejar pasar la ocasión propicia sin el indispensable ejercicio.

Era un programa y un apostolado que se inscribían con caracteres propios en el movimiento de la "escuela activa" y que enlazaba más o menos con Rousseau y con Froebel. La obra siguiente, L'autoeducazione nelle scuole elementari (Turín, 1910), también reeditada dos veces en 1916 y en 1940, aplicaba el método a las enseñanzas en la escuela elemental.

Entretanto, desde 1909, profesaba en Città di Castello cursos para maestros, protegida por dos beneméritos de la educación popular, Leopoldo y Alice Franchetti, y escribía artículos en italiano y en inglés, para ilustrar su método y su pensamiento, que más tarde sintetizó en el Manuele di pedagogia scientifica (Nápoles, 1921). A partir de 1913-14, se multiplican sus estancias en América del Norte y en muchos países europeos: Alemania, Gran Bretaña, España (Barcelona fue la ciudad que se interesó por los nuevos métodos), Holanda y Suecia. Estuvo después en China y en la India, y al mismo tiempo se difundían por todo el mundo las "Casas" montesorianas.

Su influencia se dejaba sentir también en países como Francia, Austria y Suiza. Mientras tanto, sus obras eran traducidas a casi todas las lenguas y el pensamiento de Montessori, aun conservando las líneas esenciales, desarrollaba los gérmenes espirituales, la visión algunas veces mística de la naturaleza, la inspiración religiosa, que afloraban ya en las primeras obras.

 


 
Las etapas de su evolución, hasta incluir influencias del psicoanálisis, están representadas por el volumen Il segreto dell'infanzia, publicado en Bellinzona en 1938, y luego en Milán en 1950; por los ensayos Il bambino in famiglia, de 1936; por la obra De l'enfant à l'adolescent (París), no traducida al italiano; por La mente del bambino (Milán, 1952), traducción italiana póstuma de la obra publicada en inglés en Madras, en 1949, con el título The absorbent mind, y por la cuarta edición de la primera obra fundamental, con el título La scoperta del bambino, ya citada.

En conferencias, cursos, congresos se desarrollaba la actividad formidable de la educadora. También había fundado en Barcelona, en 1916, una "Iglesia de los pequeños", aplicación de los principios de la "Casa" a la educación religiosa de los pequeños, tema al que dedicó después algunos ensayos (I bambini viventi nella Chiesa, 1924; La Santa Messa spiegata ai bambini, 1949).

Cada vez concentraba más su apostolado en la idea de que el niño educado con pleno respeto a su libertad y a sus infinitos recursos debía ser el educador del adulto, el regenerador de la humanidad, y que la formación del hombre según los principios predicados por ella podía y debla garantizar el triunfo de la justicia y de la paz en el mundo. El pequeño volumen Formazione dell'uomo (1949) y los tres ensayos contenidos en Educazione e pace (1949), representan, puede decirse, su testamento espiritual. En los últimos años de su vida participó de modo notable y competente en los trabajos de la U.N.E.S.C.O. y fundó el centro de estudios pedagógicos en la Universidad para extranjeros de Perusa.

Este entorno deberá contar con unas características específicas:
  • Permitir libertad de movimiento dentro del aula y en la escuela (puertas abiertas)
  • Materiales específicos con los que los niños y niñas puedan pasar de lo concreto a lo abstracto a su propio ritmo (materiales de matemáticas, lengua, geometría, música…)
  • Libertad de los alumnos y alumnas para escoger el trabajo que se desee en cada momento
  • Mezcla de un mínimo de tres edades en una misma aula (evita los excesos de competitividad y fomenta la cooperación entre los niños y niñas)
  • Evitar la limitación temporal en el uso de los materiales de forma que se ayude a alcanzar altos grados de concentración
  • Un maestro o maestra específicamente formado en el método. Su rol será el de guía que presenta los diferentes materiales y trabajos posibles; un observador que reducirá al mínimo las intervenciones innecesarias y confiará en la voluntad natural de trabajo de los niños y niñas

Las críticas 2

Las críticas

Una crítica no estará completa mientras no vaya acompañada de una posible solución.

J.López

lunes, 19 de diciembre de 2011

De las inteligencias múltiples a la educación personalizada





Hace más de dos décadas, Howard Gardner revolucionó la psicología con su teoría de las inteligencias múltiples.

Su trabajo repercutió en la mejora del sistema educativo y le valió un reconocimiento internacional y numerosas distinciones, entre ellas, el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de 2011.

En ocasión de la entrega de este galardón, Punset y Gardner protagonizaron un coloquio en Avilés y conversaron sobre las inteligencias múltiples, las nuevas tecnologías y el surgimiento de una manera nueva y personalizada de educar a los niños.

A continuación os ofrecemos la entrevista de Eduard Punset a Howard Gardner, profesor de Cognición y Educación de la Universidad de Harvard, realizada en Avilés, el pasado 18 de octubre del 2011.

"La irrupción de las nuevas tecnologías
nos obliga a educar a los niños de una manera distinta"
Howard Gardner

Howard Gardner:
Estoy seguro de que no fui el primero en reconocer la multiplicidad de talentos. Pero creo que hay dos cuestiones que distinguen mi trabajo.

La primera es que yo contaba con una serie de criterios por los que se podía juzgar si algo merecía ser considerado una inteligencia.
Hoy no estaría aquí en España recibiendo el Premio Príncipe de Asturias si hubiera escrito sobre los distintos talentos humanos

Y la segunda es que usaba la palabra inteligencia en lugar de talento. Hoy no estaría aquí en España recibiendo el Premio Príncipe de Asturias si hubiera escrito sobre los distintos talentos humanos.

Lo que hice fue tomar la palabra inteligencia, que era propiedad de la gente del coeficiente intelectual, y dije: la música es un talento y las matemáticas son inteligencia, pero ¿por qué debemos llamar inteligentes a las personas buenas con los números y solo talentosos a aquellos que dominan el tono, la armonía, el timbre?
Todavía nadie me ha dado una buena respuesta a esa pregunta.

Eduard Punset:
Desde el punto de vista de la genética, o eso me han contado mis amigos genetistas, somos prácticamente iguales.

Es cierto que ahora descubrimos que, aunque somos muy parecidos, somos algo diferentes. Pero compartimos con la idea de que éramos muy parecidos.

Y hace veinte años, apareciste tú y dijiste que los niños y los jóvenes no eran tan parecidos y que no tan solo eran distintos sino que tenían lo que tú denominas inteligencias múltiples.

Mi pregunta es la siguiente: ¿cómo es posible que veinte años más tarde todos digan que tenías razón?

Las inteligencias múltiples

Howard Gardner:
Cuando un experto introduce nuevas ideas, suele haber mucha oposición. En tono de broma, se dice que al principio dicen que estás equivocado y luego, unos años más tarde, lo aceptan y luego, unos años más tarde, dicen que habían pensado en ello. Yo no diría que este haya sido el caso.
Pero si no sabes cómo comprender a los demás, si no te entiendes a ti mismo, no serás inteligente en otras áreas.

Pero tanto mi trabajo sobre las múltiples inteligencias como el trabajo de Goldman sobre las inteligencias emocional y social han entrado a formar parte de lo que podríamos llamar el conocimiento colectivo del planeta.

Sin duda, si vas a la empresa, o a la formación, o a la política, se reconoce que quizás tengas un coeficiente intelectual muy superior a la media.

Pero si no sabes cómo comprender a los demás, si no te entiendes a ti mismo, si no sabes cómo abrirte camino en la calle, en el estudio de televisión, en el ámbito deportivo o en el ámbito artístico, aunque tengas el mayor coeficiente intelectual jamás observado, no serás inteligente en otras áreas.

Eduard Punset:
Cuando yo te conocí, la ciencia, la comunidad científica, tendía a creer que éramos todos iguales y que nuestra inteligencia era parecida y que se podía medir con una cosa que llamábamos el IQ, el coeficiente intelectual.

Howard Gardner:
Cuando la gente utiliza la palabra inteligencia sin pensar, suele referirse a la inteligencia en la escuela. Si eres bueno en lenguas y en matemáticas, te irá bien en la escuela, y, mientras estés en la escuela, pensarás que eres inteligente.

Como todos los expertos de Occidente, creía que había algo llamado test de inteligencia y que, si lo hacías bien eras bueno en todo, si lo hacías regular eras regular en todo y si lo hacías mal tenías mala suerte.

Eduard Punset:
Tendíamos a pensar que había una manera, como el coeficiente intelectual que has mencionado, de medir la inteligencia de una persona.

Howard Gardner:
Al principio, cuando Alfred Binet descubrió o, mejor dicho, creó el test de inteligencia hace cien años, fue un gran logro.

Era una buena manera de predecir cómo les iría a los estudiantes en un determinado tipo de escuela. Pero hay una manera mucho mejor de predecirlo: las notas del curso anterior.
 El problema de las mediciones, Eduardo, no son las mediciones sino las personas que les atribuyen demasiada importancia

Si sabes cómo te fue el curso pasado, no tengo que hacerte un test de inteligencia. El problema de las mediciones, Eduardo, no son las mediciones sino las personas que les atribuyen demasiada importancia.

Lo peor del coeficiente intelectual es que a las personas se les decía que el resultado del test no era muy bueno, aceptaban su estupidez y entonces… Creer en la inteligencia única con la que hemos nacido es muy occidental.

En Asia, se cree en la importancia del esfuerzo. Siempre digo lo mismo: debes elegir bien a tus abuelos y trabajar mucho. Por desgracia, no puedes elegir tus abuelos, no tienes elección. Así, pues, lo realmente importante es en qué decidimos trabajar y cuánto nos aplicamos a una tarea, la calidad de la enseñanza y los recursos de los que disponemos.
En Asia, se cree en la importancia del esfuerzo

Y eso, al final, tiene mucho más que ver con las oportunidades que uno tiene en la vida que los resultados de un test que alguien elaboró en París hace cien años. No ha habido muchos cambios desde entonces.

Eduard Punset:
¿Te puedo hacer una pregunta que yo creo que todos querremos saber? O sea, ¿qué entiendes por inteligencia?
Lo realmente importante es en qué decidimos trabajar y cuánto nos aplicamos a una tarea.

Howard Gardner:
Permíteme una metáfora, que creo que es más práctica. Si crees en una inteligencia única, lo que quieres decir es que tienes un solo ordenador en el cráneo. Si ese ordenador funciona y es eficiente y rápido, no comete muchos errores, eres bueno en todo.

En cambio, si funciona a trompicones, entras dentro de la media y, si va lento y comete muchos errores, es que eres estúpido.

La reivindicación de las inteligencias múltiples es que tenemos una serie de ordenadores independientes: uno se encarga de la información musical, otro de la información espacial, otro de la información corporal.

Por supuesto, no es un ordenador pequeño, no tenemos una lata vacía aquí dentro, pero es un argumento que los cerebros son muy diferentes y pensar que solo hacen una cosa no es correcto.

Howard Gardner:
La disponibilidad de ordenadores, ordenadores personales, dispositivos portátiles, tabletas gráficas… significa que ya no tenemos que enseñar la misma cosa del mismo modo ni examinar de una sola manera.

Tenemos la suerte de vivir en esta época. Quienes parece que no lo entienden son los ministros de educación.

La educación personalizada

Eduard Punset:
Lo que encuentro fascinante es que, veinte años más tarde, desde el momento en que hablaste por primera vez de este tema, puedes hacer algo que hace veinte años parecía imposible.

Se trata de la formación personalizada. Puesto que todos somos distintos, hay que dar una formación distinta a cada uno. Y ahora, gracias a la revolución digital, eso es posible.
La cuestión es descubrir cómo aprende una persona, descubrir sus pasiones, que son muy importantes, y utilizar todos los recursos humanos y tecnológicos que nos sirvan de ayuda

Howard Gardner:
Es verdad. Estamos solo al principio, pero el software y el hardware son cada vez más versátiles y, si quieres aprender algo, ya sea a esquiar o a vender, cálculo o genómica, no hay ningún motivo por el que todos tengan que aprender de la misma manera.

Sería una estupidez. Cuanto más versátil sea el software y cuanto mejor guía sea el maestro para decir «¿Por qué no aprendes de esta manera?» o «Dime cómo te gusta aprender», «Cuéntame qué has aprendido de una manera que te resultaba cómoda», y cuanto más me repitan lo mismo, más personas recibirán formación.

Así que la cuestión es descubrir cómo aprende una persona, descubrir sus pasiones, que son muy importantes, y utilizar todos los recursos humanos y tecnológicos que nos sirvan de ayuda.

Por supuesto, se trata de un ideal, pero estamos mucho más cerca de ese ideal de lo que habíamos estado nunca antes de la revolución digital.

Eduard Punset:
Es fantástico, porque sugieres, corrígeme si me equivoco, que no solo las personas son diferentes, no solo los estudiantes son diferentes y hace falta una formación personalizada, sino que la formación es también diferente.

Es decir, los maestros deben cambiar, porque, tal como has dicho, una materia concreta no se enseña de una manera determinada. Puede enseñarse de maneras distintas.
Cada vez más los maestros se convertirán en guías.

Howard Gardner:
Sí, creo, Eduardo, que cada vez más los maestros se convertirán en guías. Con eso quiero decir que todos sabrán algo de los estudiantes, los estudiantes sabrán algo de sí mismos y los padres sabrán algo de sí mismos, y trabajarán en equipo para decidir cuál es la mejor manera de aprender para una persona.

Hay cosas que todos debemos aprender, pero no hay ninguna razón para que las aprendamos de la misma manera.

Las sociedades con materiales informáticos versátiles y maestros que actúan como guías tendrán una enorme ventaja sobre aquellas en las que el software no se utilice bien y los maestros crean que son la fuente de toda la información y todo el conocimiento.

Porque en la actualidad, y estoy bastante bien informado, los estudiantes no paran de decir: «Eso no es correcto» o «Lo acabo de buscar» y, por supuesto, levantan la mano.

Quien levante la mano no siempre tendrá la razón, pero probablemente tenga más razón que yo. Así, pues, la idea de que los maestros somos la fuente de toda la sabiduría alimentará nuestra sensación de poder, pero ya no es cierta.

Eduard Punset:
¿Y qué me dices de las nuevas competencias o las nuevas asignaturas que los jóvenes deben estudiar para encontrar trabajo?

Aprender toda la vida

Howard Gardner:
Bueno, tú y yo ya hemos hablado de esto. A lo largo de nuestra vida, las personas han hecho muchas cosas a solas, pero ahora todo consiste en trabajar en equipo, en red, en llegar desde distintos lugares a un mismo sitio, trabajar eficientemente y no volver a ver a esa persona.
Ahora todo consiste en trabajar en equipo, en red, en llegar desde distintos lugares a un mismo sitio, trabajar eficientemente y no volver a ver a esa persona

Así, pues, saber cómo hacernos una idea de la situación, colaborar afectivamente, construir confianza, combatir las reacciones propias, que quizás puedan ser demasiado impulsivos, o demasiado arrogantes, o insuficientemente colaboradores.

Estos factores sociales, emocionales, entran en la categoría de la comprensión de uno mismo.

Me refiero a la inteligencia interpersonal. Si no te conoces bien a ti mismo, no tomarás buenas decisiones vocacionales, ni elegirás bien a tu compañero, porque hoy en día somos nosotros los que decidimos dónde vivimos, con quién, a qué nos dedicamos… Soy profesor en la Escuela de Educación y propongo cambiarle el nombre por el de escuela del aprendizaje de por vida, porque ni tú ni yo somos niños, pero seremos personas disfuncionales si dejamos de aprender.
Sí, yo diría que las mediciones de la educación, el sistema educativo, han cambiado más a lo largo de nuestra vida que probablemente en los siglos anteriores.

Eduard Punset:
Pensaba en lo que has dicho: si la esperanza de vida es ahora de veinte años más, algo deberá cambiar en nuestro sistema de aprendizaje, ¿no? Pero es fantástico, porque en realidad lo importante es lo nuevo, lo que se ha entendido mal.

Has mencionado, por ejemplo, la confianza. Si les pregunto a mis nietas «¿Cómo os podéis fiar de alguien o de una institución?», no lo saben. Nadie les ha enseñado qué hace falta para fiarte de alguien.

El grado de confianza

Howard Gardner:
Sí. Yo hablaría de merecer la confianza, porque en la actualidad muchas instituciones y muchas personas no merecen la confianza. Sin embargo, por otro lado, si sospechas de todos o te muestras escéptico ante todos, no podrás crear ninguna conexión significativa, ningún tipo de sinergia significativa.
Creo que es muy difícil y, gracias a las ciencias sociales, sabemos que una de las mayores diferencias entre las sociedades es el grado de confianza. Escandinavia siempre obtiene puntuaciones muy elevadas en las medidas de confianza.

Si vas a África, la confianza es prácticamente inexistente. En los Estados Unidos se ha producido una especie de descenso constante del índice de confianza, lo que es muy triste.

Eduard Punset:
Hay otras cuestiones como la cooperación, que también has mencionado. El trabajo en equipo es muy importante, ¿no? Es decir, hoy en día, alguien que no esté acostumbrado a trabajar en equipo, a quien no se lo hayan enseñado, no tiene nada que hacer, ¿no?

Howard Gardner:
Y deberíamos hacerlo creando, dentro de las escuelas, entornos que modelen este tipo de comportamiento entre los maestros, entre maestros y padres, y entre los chicos mayores y los pequeños.
Porque, cuando ves lo que puedes conseguir si trabajas en equipo con los demás, en especial con personas que tienen distintas perspectivas, es muy liberador.

Cuando era joven e insensato, y contrataba a personas para que trabajaran conmigo, siempre buscaba a personas que eran exactamente iguales que yo, para tener réplicas exactas de mí.

Y hace veinte años me di cuenta de que esa actitud era estúpida. Con uno como yo ya bastaba. Así que ahora pienso más en formar equipos en los que las personas tengan habilidades, intereses y pasiones complementarios y en los que todos puedan sumar.

Por supuesto, todo el mundo sabe que disfrutamos más en un entorno social en el que no oigamos siempre lo mismo, donde se hagan otros tipos de contribuciones. Si carecemos de esos modelos en casa y en la escuela, y creo que la religión no los proporciona, cuando llegamos al lugar de trabajo, tenemos una tarea de treinta años para construir la confianza y desarrollar los músculos de la colaboración. Es una locura.

El coeficiente intelectual y la visión estándar de la inteligencia, en realidad, tienen que ver con si tienes éxito en un determinado tipo de escuela. Una escuela en la que las lenguas y las matemáticas son importantes.

Son importantes, nadie lo discute. Pero cuando dejas la escuela y sales a la autopista, vas a la tundra o a la sabana, te sumerges en el agua o sales al escenario, es el momento para las otras inteligencias.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Las creencias

Las creencias

 
En realidad, no hay nada malo en las religiones o creencias, el problema viene, cuando matas y manipulas a los demás en nombre de ellas.

J.López

viernes, 16 de diciembre de 2011

La madre Naturaleza

La madre Naturaleza


Una vez arriba en la montaña, me siento pequeño y ridículo ante lo poco que puedo ofrecerle a la madre Naturaleza.


J.López








jueves, 15 de diciembre de 2011

sábado, 10 de diciembre de 2011

Una buena amistad

Una buena amistad


Un buena amistad dura lo que tarda en salir la situación idónea para romperla.


J.López

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Positivo, negativo o realista?

¿Positivo, negativo o realista?

Más que positivo o negativo, me considero realista, ya que, el negativo no abre la puerta por miedo a lo que habrá detrás, el positivo abre la puerta y se tira de cabeza pensando que pase lo que pase le irá bien, y el realista, entreabre la puerta, ojea para comprobar si le interesa y si está preparado para lo que hay detrás de ella...

J. López

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Conferencia de Fredy Kofman



La siguiente información fue extraída del libro "METAMANAGEMENT, La Nueva Conciencia De Los Negocios. Tomo 1, Principios. "Cómo hacer de su vida profesional una obra de arte." Página 363. Editora Granica S.A., Buenos Aires, Argentina 2003.
"El Dr. Fredy Kofman obtuvo su Licenciatura en Economía en la Universidad de Buenos Aires (1984), y su PhD en Economía en la Universidad de California, Berkeley (1990). Es fundador y presidente de Leading Learning Communities Inc. (Liderazgo de comunidades de aprendizaje), consultora internacional en temas de efectividad organizacional y maestría personal.
En 1984 y 1985 fue profesor de Crecimiento Económico en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1990 hasta 1995 fue profesor de Sistemas de Información Contable y Control de Gestión en la Escuela de Negocios Sloan del MIT e Investigador Senior del Organizational Learning Center del MIT dirigido por el Dr. Peter Senge. El Dr. Kofman y el Dr. Senge han conducido juntos decenas de seminarios en los Estados Unidos, Venezuela, Perú, Chile y Argentina.
Desde 1996 el Dr. Kofman se dedica a la formación de ejecutivos y al desarrollo de la conciencia en los negocios -y en la vida- a través de Leading Learning Communities. Su actividad académica se concentra en el Integral Institute (I-I), fundado por el filósofo norteamericano Ken Wilber. El Dr. Kofman y Ken Wilber (y otros cuatro ejecutivos) están elaborando un modelo de liderazgo integral basado en el desarrollo cognitivo, emocional y espiritual de la persona.
El Dr. Kofman ha sido reconocido como Instructor Sobresaliente por la Universidad de California en 1988, Profesor Sobresaliente del MIT en 1992 y Profesor del Año de la Escuela de Negocios Sloan en 1993. En 1990, su tesis "Teoría de contratos óptimos bajo riesgo de colusión", obtuvo el premio internacional de la Review of Economic Studies como uno de los nuevos desarrollos más significativos en el campo de la teoría económica.
Su ensayo "Communities of Commiment", en co-autoría con Peter Senge, ha sido publicado en más de 10 revistas especializadas y libros en los Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Otras de sus obras han sido publicadas en La quinta disciplina en la práctica, en periódicos científicos como Management Science, The Journal of Industrial Economics, The Journal of Public Economics y The Systems Thinker. Su trabajo de explicación y extensión del modelo wilberiano ha sido publicado electrónicamente en www.worldofkenwilber.com
El Dr. Kofman ha desarrollado programas sobre liderazgo, aprendizaje en equipo, maestría personal y efectividad organizacional para más de cinco mil managers de compañías como General Motors, Chrysler, Ford, EDS, Detroit Edison, Shell, Intel, Hewlett.Packcard y Phillips en los Estados Unidos y en Europa. En América Latina sus ideas han sido llevadas a cabo en empresas como Grupo Clarín, EDS, Citibank, Microsoft, Grupo Techint, Sociedad Comercial del Plata, Telecom Argentina, Molínos Río de la Plata, Banco Río, La Nación, Ferrum, FV, Miniphone, Banco Boston, Banco Francés, Gancia, Pluspetrol, American Express y Grupo HSBC.
Más allá del ámbito empresario, el Dr. Kofman ha creado un programa de crecimiento personal y comunicación efectiva para individuos, familias y pequeñas organizaciones. Basado en los contenidos de Metamanagement, "Vida, Libertad y Conciencia" apunta al desarrollo de una conciencia libertaria en el ámbito personal, interpersonal, social y espiritual.
Fredy Kofman es argentino y vive en Boulder, Colorado, EE.UU., con su esposa Katherine Fellows-Kofman y sus seis hijos: Janette, Sophie, Rebecca, Tomás, Paloma y Michelle. Cuando no está haciendo consultoría o escribiendo, suele encontrárselo en retiros de meditación, corriendo maratones o escalando y esquiando en las montañas."

Las críticas

Las críticas

La crítica constructiva crea, construye, la crítica dañina es inócua para el que la recibe, si éste goza de una buena seguridad en sí mismo y cree en lo que hace.

J. López

lunes, 5 de diciembre de 2011

La inteligencia del ser humano...

La inteligencia del ser humano


La inteligencia del ser humano, no se debería medir con estúpidos tests, sino, con los objetivos que se ha marcado y los que ha conseguido.


J.López





sábado, 3 de diciembre de 2011

Impaciencia

Impaciencia


No tengo impaciencia por nada material, solo por conseguir más conocimientos


J. López

jueves, 1 de diciembre de 2011

Tom Sawyer, el líder más golfo...

Grandes recuerdos de la infancia me ha traido la portada de Google. Me ha hecho recapacitar sobre los mensajes que tenían los dibujos animados cuando yo era pequeño.
Quizás a medida que uno se va haciendo mayor, cree que todo lo de su tiempo era mejor...y es así, yo pienso de esa forma...aunque no cierro puertas al conocimiento, ya que éste aparece en todas las etapas de todos los tiempos pasados y futuros.
No entiendo muy bien los mensajes violentos de las animaciones que hoy tenemos para los críos, tampoco entiendo esos videojegos, en los que hay que atropellar ancianas y policías.
El caso es que llevo unos días interesándome por nuestro sistema educativo y en la estupidez de los test de inteligencia, que solo se basan en la destreza de saber hacer estos mismos tests.
Al ver la portada de Google, he comprendido el mensaje de Mark Twain 30 años después de leer la historia de Tom Sawyer y de ver la serie en tv después de salir de ese colegio, en el que no aprendí  absolutamente de nada. Menos mal que aprendí a leer y a escribir en casa antes de que me matricularan. Si no, no sé que sería de mí, con el deficit de atención que tenía en las clases, aún no sé por qué.
Una de las series que más me gustaba, era la de Tom Sawyer y sus inocentes gamberradas. En el capítulo nº 2, hay un claro ejemplo de cómo se pueden ver las cosas de un modo distinto y hacérselo ver así al resto del mundo.

El Gran Mark Twain, con la historia de Tom Sawyer, nos hace ver que se pueden sacar cosas positivas siempre que uno sea espabilado y sobretodo un líder nato como Tom.
Creo que si Mark Twain viviera hoy en día, sería unos de los mejores motivadores del planeta. Quizás en su tiempo, él era una persona tan avanzada que algunos padres no supieron ver el mensaje, e inculcar estos valores a los pequeños, o quizás lo comprendieron, pero como estaba en formato de animación, no le dieron la importancia que tenía.
Lo que está claro, es que ahora en los tiempos que corren y con los adelantos que tenemos, tampoco le estamos inculcando estos valores a los que cogerán nuestro sitio...teléfono móviles en edades tan tempranas que los chavales no saben aún lo que cuesta pagar una factura, zapatos con precios desorbitados, que el crío no sabe ni lo que lleva puesto, habitaciones que parecen palacios... etc...bueno, que si los padres de estos críos siguen teniendo buena economía, no pasará nada en el futuro, pero si no es así...a ver cómo le explicas al chaval que se acabó el teléfono, las zapatillas de 200 euros y el resto de material que nunca se la ha negado tener.
Quizás aún no he dejado de ser consciente de ésto, porque no soy padre y lo veo todo desde un punto de vista diferente.
Si algún día cambio...avisádme por favor...
Cuelgo el capítulo y también la parte del libro en el que Mark Twain explica la anécdota de la valla.




–¡Hola, compadre!–-le dijo Ben–. Te hacen trabajar, ¿eh?
–¡Ah! ¿Eres tú, Ben? No te había visto.
–Oye, me voy a nadar. ¿No te gustaría venir? Pero, claro, te gustará más trabajar. Claro que te gustará.
Tom se le quedó mirando un instante y dijo:
–¿A qué llamas tú trabajo?
–¡Qué! ¿No es eso trabajo?
Tom reanudó su trabajo con la brocha y le contestó distraídamente:
–Bueno, puede ser que lo sea y puede que no. Lo único que sé es que le gusta a Tom Sawyer.
–¡Vamos! ¿Me vas a hacer creer que a ti te gusta?
La brocha continuó moviéndose.
–¿Gustar? No sé por qué no va a gustarme. ¿Es que le dejan a un chico pintar una cerca todos los días?
Aquello puso la cosa bajo una nueva luz. Ben dejó de mordisquear la manzana. Tom movió la brocha, coquetonamente, atrás y adelante; se retiró dos pasos para ver el resultado. Y en tanto, Ben no perdía de vista un solo movimiento, cada vez más y más interesado y absorto. Al fin, dijo:
–Oye, Tom: déjame encalar un poco.
Tom reflexionó. Estaba a punto de acceder, pero cambió de propósito.
–No, no; eso no podría ser, Ben. Ya ves…, mi tía Polly es muy exigente para esta cerca, porque está aquí, en mitad de la calle, ¿sabes? Pero si fuera la cerca trasera no me importaría, ni a ella tampoco. No sabes tú lo que le preocupa esta cerca; hay que hacerlo con la mar de cuidado; puede ser que no haya un chico entre mil, ni aun entre dos mil, que pueda pintarla de la manera que hay que hacerlo.
–¡Quia!… ¿Lo dices de veras? Vamos, déjame que pruebe un poco, nada más que una miaja. Si tú fueras yo, te dejaría, Tom.
–De veras que quisiera dejarte, Ben; pero la tía Polly… Mira, Jim también quiso, y ella no le dejó. Sid también quiso, y no lo consintió. ¿Ves por qué no puedo dejarte? ¡Si tú fueras a encargarte de esta cerca y ocurriese algo!
–Anda…, ya lo haré con cuidado. Déjame probar. Mira, te doy el corazón de la manzana.
–No puede ser. No, Ben; no me lo pidas; tengo miedo…
–¡Te la doy toda!

Para Mark Twain, el que mejor supo enviar mensajes de motivación a nuestro inconsciente...